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sábado, 7 de octubre de 2017

La Globalización de la Economía desde los Paradigmas del Mercado y la Solidaridad Humana



Es curioso que, en nuestro país, en muchas de las ocasiones que mencionamos la palabra globalización, y a pesar de la educación y formación académica que se recibe en centros educativos y, hasta con la que viene de los medios de comunicación, la deformación política se mantenga por sobre todo eso, y muchas personas les falte casi que solo persignarse cuando escuchan el término, y peor aún si se le pide información acerca de este tema, ya que el desconocimiento es mucho.
 
Hay personas, en especial, en el campo político, que ven la globalización como algo casi que satánico. La consideran invención del lado oscuro, o una corriente que fue creada para acabar con el mundo.

Lo interesante es que muchos de esos mismos políticos e incluso personas que tienen que ver con las ciencias sociales, creen que la globalización es un movimiento “ochentero” de creación reciente, y casi una invención de los Estados Unidos de América. Pero, como había señalado en el informe de lectura anterior, para mi haber, nosotros estamos globalizados desde la diáspora africana, desde que los homínidos salieron de África y se repartieron por el mundo, porque desde ahí, los seres empezaron a transculturizarse, a compartir, a intercambiar.

Muchos de los que hablan de la globalización con desdén, muchas veces ni siquiera tienen la consciencia, que muchas de las cosas que tienen y usan en su entorno, son producto o han llegado a ellas, a través de la misma globalización, desde los mismos alimentos que consumen, su ropa, su perfume, hasta la tecnología que utilizan a diario.

Y cuando se les hace ese señalamiento, lo único que pueden indicar, es que la globalización es inhumana, es un proceso que ha ampliado las brechas en muchos campos de la vida humana, y que como tal es un proceso contraproducente, porque solo ha beneficiado a unos pocos y afectado a miles de millones de personas alrededor del orbe.

Otra de las cosas que llaman la atención, es que la globalización ha sido un movimiento con el cual le ha tocado cargar a las personas que se incluyen y profesan el pensamiento y doctrina política llamada neoliberalismo.

El neoliberalismo tomó fuerza como tal, en la misma década de los ochentas, después de la crisis económica provocada por los precios de los hidrocarburos a nivel mundial, poquito después de que las principales potencias económicas del mundo, comenzaran su éxodo en busca de recuperar los dineros que habían prestado a través de empréstitos, “ayudas” humanitarias y condonaciones, a los países tercer mundistas, que desde inicios del siglo XX, en especial en América Latina, se habían metido en un proceso de reconversión industrial, y que al no tener recursos propios para llevar a cabo esa tarea, habían recurrido al endeudamiento externo.

A través de los organismos financieros internaciones, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, las potencias económicas, realizaron el cobro de los dineros que se adeudaban en el tercer mundo, y que era obvio, que en plena crisis económica, estos últimos no iban a tener los recursos para hacerle frente al cobro de dichas deudas y en muchos casos hasta declarar la moratoria en el pago de las mismas, lo cual les limitó para obtener nuevos créditos, que como economías en desarrollo, necesitaban para tratar de seguir a flote y funcionando.

Ante la situación de la mora, muchos organismos financieros, tomaron la decisión de no seguir facilitando créditos si esas mismas naciones tercer mundistas, no cumplían una serie de pautas y/o requisitos para que ajustaran sus economías y principalmente el funcionamiento de sus Estados. Dichas pautas es lo que se conocieron es muchos países latinoamericanos como “Programas de Ajuste Estructurales”.

Los Programas de Ajustes Estructurales, entre otras cosas, planteaba un redireccionamiento en las funciones y obligaciones del Estado. Regresaba a uno, donde el aparato estatal se volvía a convertir en un mero administrador de la hacienda pública, sin poder dirigir la parte económica y menos controlarla ni manipularla. Debía deshacerse de las empresas estatales para reducir el tamaño del aparato estatal, con el fin de recortar gastos en planillas y también tratar de hacer más eficiente el funcionamiento del mismo, ya que, por ejemplo, en el caso de nuestro país, en la década de los setentas, el Estado costarricense se había convertido en el mayor empleador y obviamente, los costos de su funcionamiento eran enormes.

Con la aplicación de la reingeniería estatal y la reducción del tamaño y las funciones del Estado, se pretendía, que los recursos que iba a utilizar el Estado para su funcionamiento empresarial, fueran utilizados para el pago, aunque fuera, de los intereses de la deuda externa, lo cual al final no era tan malo, porque le permitía al Estado hacerse de recursos propios, sin tener que recurrir a más endeudamiento para hacerle frente a sus obligaciones con los organismos y naciones que habían facilitado empréstitos a las naciones subdesarrolladas para la puesta en marcha de su proceso de industrialización y aplicación del modelo de sustitución de importaciones que tan de moda estuvo en América Latina después de las dos primeras décadas del siglo XX.

Uno de los primeros puntos negros que se le señalan a esa reforma “neoliberal” del Estado, es que dejó al mismo, supuestamente, sin soberanía, ya que señalan algunos autores, ahora los gobiernos no pueden tomar muchas de las decisiones que antes podían realizar, como la intervención directa en la economía, en la banca o en la toma de medidas proteccionistas para su producción interna, así hay otras situaciones más que señalan como negativas del “neoliberalismo”.

Y es que uso la palabra neoliberal entre comillas, porque nosotros aún no hemos logrado ser testigos de un gobierno neoliberal puro. Aquí la mayoría de gobiernos siguen estando ubicados del centro hacia la izquierda en sus ideologías, y la gran mayoría o han sido socialismo o socialdemocracias, que, a fin de no quedarse sin financiamiento exterior, han implementado algunas medidas de corte neoliberal, que más bien a creado una especie de híbrido, entre políticas liberalizadoras e intervencionistas, que distan muchísimo del “malvado neoliberalismo” del que tantos se quejan y al que muchos asusta.

De hecho, es cotidiano escuchar a las personas que simpatizan con las ideologías del centro hacia la izquierda, decir que la mayoría de países latinos, están quebrados por la aplicación de esas medidas “neoliberales” que, en muchos casos han acabado, según ellos, con la acción social del Estado y han ido en detrimento, de muchos de los “logros y luchas sociales” que se alcanzaron a mediados del siglo XX.

Es una lástima que, por tiempo, espacio y tema, no se pueda realizar en este informe, un análisis de la situación del país no desde la aplicación del modelo de sustitución, si no desde antes, tal vez desde la época reformistas, o aún más, desde los mismos inicios del siglo XX, para tratar de confirmar o más bien, echar por bajo, la famosa frase tan de moda de que “Costa Rica está quebrada por los gobiernos de los últimos 30 años” o es algo que viene desde más atrás. Pero tal vez, después se pueda dar esa oportunidad.

América Latina y nuestro país, llegan a la década de los cuarenta de la mano con un modelo económico llamado agroexportador o desarrollo hacia afuera, totalmente maltratado, en estado de coma y hasta desahuciado. Dicho modelo había sido golpeado fuertemente por las crisis económicas resultantes de las guerras mundiales de dicho siglo y por la quiebra de la bolsa de valores de Wall Street en 1929 que provocó la depresión económica que se vivió en toda la década de 1930.

Nuestra nación, al igual que muchas otras, que estaban diseñadas en función de la exportación de productos agrícolas, especializadas en uno o dos productos, nuestro caso, café y banano, que no contaba con mercado ni industria a lo interno, y que dependía plenamente de la venta de dichos productos, para poder comprar en el mercado externo, lo que no podía producir a lo interno; fue fuertemente golpeada por dichas crisis que tuvieron con una de sus principales consecuencias, el cierre de los mercados, estadounidense y europeo a nuestros productos. Lo anterior porque, ¿quién en tiempo de crisis puede comprar o negociar?, y aún peor, ¿quién en tiempo de crisis, sigue comprando productos no esenciales? Como fue el caso de los postres que Costa Rica y muchos países de nuestro continente exportaban a dichos mercados.

Era obvio que la situación anterior, iba a sumir a dichos países en una crisis, ya que los aparatos estatales para su funcionamiento, dependen en mucho del sistema impositivo, que recauda recursos fiscales para el funcionamiento de los Estados, a través del cobro de aranceles a la importación y exportación de productos, y que, al verse entorpecido, trabado y hasta congelado las transacciones comerciales a nivel mundial, dejan al Estado sin poder cobrar esos tributos y ocasionándole un gran déficit fiscal. En otras palabras, si el Estado, no podían vender sus productos, tampoco iban a poder comprar, lo que iba a generar una situación interna de gran inestabilidad, porque ya a esta altura no solo se puede hablar que el Estado se había quedado sin recursos para su funcionamiento, si no también, sin poder traer al país, los productos que aquí no se fabricaban, creando un desabastecimiento, acaparamiento y hasta especulación con la existencia y precio de los mismos, que aunado a que muchas empresas, sin poder vender ni comprar, también se quedaron sin recursos y muchas tuvieron que realizar despidos masivos y otras tantas irse a la quiebra, generando un gran caos social, porque sin empleo no había salarios, y sin salarios no había forma de que muchas personas pudieran satisfacer sus necesidades básicas.

Es aquí donde el modelo de sustitución de importaciones aparece como la tabla de salvación para muchos de esos países, ya que el mismo propugnaba como una de las medidas para que estas naciones salieran de sus crisis, que dejaran de depender del comercio exterior, ¿y cómo se lograba en parte eso?, simple, que cada país produjera a lo interno lo que necesitaba traer de lo externo.

Este modelo de sustitución estaba basado en el proceso de industrialización de dichas naciones, muchas de las cuáles, como es el caso de Costa Rica, en las cuales aquello de la “revolución industrial no había tenido ni asomo a pesar de que hace un par de siglos casi, se había iniciado en Inglaterra.

Ahora, ¿cómo se iba a financiar dicho proceso de industrialización? Pues este modelo recibió el apoyo y patrocinio de la CEPAL a través de préstamos, que fueron inyectados en el sistema de banca nacionalizada para poder hacer dichos dineros accesibles para los medianos y pequeños productores, los cuáles se esperaban, que aprovecharan esos dineros para modernizar, ampliar, dinamizar y hasta diversificar su producción.

De la mano con la inyección de capitales, el Estado Gestor, se dio a la tarea de generar una serie de instituciones que tratarían de llevar el progreso en diferentes áreas del país y que de una forma u otra brindarían una especie de sostén para el incipiente proceso de industrialización nacional.

Para ayudar al crecimiento de la industria nacional, y fiel a su estilo interventor, el Estado generó una serie de medidas proteccionistas con el fin de estimular la producción y el consumo del producto nacional antes del importado, y ese proteccionismo se dio con la puesta de aranceles a los importados. Sin embargo, dicho proteccionismo, en lugar de proteger el producto nacional, lo terminó, en la mayoría de los casos, haciéndolos más caros que los extranjeros. Terminando, al final, cuando se puso a competir la industrial nacional contra la extranjera, en una franca derrota de la iniciativa autóctona contra la exógeno.

Con lo anterior, al Estado Gestor no le quedó hasta que convertirse en Estado Empresario a partir de la década de los setentas, y recurrir a más endeudamiento externo para la creación de las empresas estatales que ocupaba desarrollar para poder competir, y si a eso le sumamos el endeudamiento al que también tuvo que incurrir para financiar al sector público no financiero, la bola de nieve para estas alturas ya era enorme y faltaba poco para que cayera encima, algo que pasó, con la ya inminente crisis de los hidrocarburos que empezó en esa misma década de los setentas.

Otro hecho importante de esa década de los ochentas, fue la caída del socialismo soviético o “socialismo real”, el cual llegó a su fin por las falencias mismas del sistema, como lo fue el autoritarismo con el que se llevó muchos gobiernos, la negación de muchos derechos humanos, el que no se establecieran regímenes democráticos ya que en la gran mayoría lo que imperaba era un partido único y que al final, el proletaria nunca llegó al poder y siguió dependiendo y estando supeditado a una clase política, la cual le habían prometido, no iba a existir más.

Con la caída del socialismo y de la Unión Soviética, Estados Unidos quedó con vía libre para hacerse del control y la hegemonía mundial, y más bien, los países que formaron parte de la extinta Unión o fueron satélites de su sistema ideológico corrieron a insertarse en el sistema capitalista, provocando la aceleración del proceso de globalización.

Dentro de las variaciones que han venido inmersos en la globalización ha sido el cambio de estructuras políticas, porque de países que se percibían antes de manera individual, ahora hablamos hasta de gobiernos supranacionales, de moneda única, de identidad comunitaria, cooperativa, cohesionada y hasta con políticas económicas, a lo interno de la estructura, muy definidas. Cabe señalar que este fenómeno es algo que se ha dado solo en Europa, si no también, en el resto de continentes, se han dado los intentos de formar este tipo de organizaciones, proceso obviamente, en el caso americano, liderado por Estados Unidos.

Por último, me es curioso en la insistencia de decir que la globalización no es solidaria y que es una doctrina ideada solo para crear más brechas, ya que esa concepción no es totalmente apegada a la realidad. Y es que ni la globalización, ni los neoliberales tiene la culpa del nivel de endeudamiento en el que incurrió el Estado Gestor, y que dichos empréstitos fueran dedicados a cualquier otra cosa, menos a la consolidación del modelo o al impulsó de atraer inversión privada que terminara de impulsar su iniciativa de desarrollo industrial, y una vez que tocó pagar las deudas que se habían adquirido, que la cobija no fuera tan grande que logra tapar tanto, le tocó al el mismo Estado  decidir, si continuaba atendiendo los programas sociales y no podía aspirar a nuevos créditos para paliar la crisis, o pagaba aunque fuera los intereses de todo lo adeudado y recuperaba la credibilidad que había perdido a finales de la década de los setentas, principios de los ochentas.

No fueron las políticas neoliberales las que propiciaron la crisis y final del Estado Gestor, fue su mala administración y sus pésimas decisiones las que hicieron que no pudiera seguir funcionando como lo hico durante casi treinta años. Las políticas neoliberales no hicieron más pobres, fue que al tener que dejar de esquivar el Estado Gestor la realidad y dejar de sostener un estilo de vida imposible de mantener, el que tuvo que desviar los dineros que le entraban al pago de sus verdaderas obligaciones y tener que descuidar el resto de áreas sobre las que tuvo mayor proyección como fue el campo social, educativo, salud y empleo.

El uso de las TIC's en Educación




¿Se han puesto a imaginar que sería de un día de su vida sin la internet?

La respuesta a dicha pregunta no es difícil de imaginar, porque el uso de la tecnología se ha vuelto en un elemento tan cotidiano en nuestra vida, y nos hemos hecho tan dependiente de ello, que a veces es curioso observar la reacción de las personar cuando en su casa o en su teléfono celular se queda sin acceso al recurso de la internet.

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Tomado de http://bit.ly/2yziL34


Y cómo señalaban por ahí "¿cuál es la importancia de un teléfono sin internet?", pues para muchos creo que tendría un valor de cero. ¿Y esto por qué así? Es simple, a través del uso de la internet, nos hemos acostumbrado a estar siempre pendientes de la información, ya sea navegando, accediento a los correos electrónicos, a las redes sociales o incluso, la comunicación se ha hecho más corta y en tiempo real en nuestros teléfonos con aplicaciones como la famosa "Whatsapp" que nos permite desde la comunicación individual, hasta la creación de grupos donde pueden haber desde tres hasta más de doscientas personas, con las cuales se puede compartir, aportar y hasta discutir sobre diferentes temas.


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Tomado de http://bit.ly/2fZDrxv


Pero el uso de las tecnologías de la información, está creciendo a un ritmo sin par, ya hoy las vemos incluso llegar al salón de lecciones, y han comenzan a variar y transformar el perfil y el fondo de nuestros trabajo como educadores y esto porque “las transformaciones que la sociedad está viviendo en la última década, están penetrando y modificando el tejido y las bases de nuestra sociedad desarrollada” (Comisión Web-bassed Education, 2000), y no solo de nuestra sociedad, si no también del proceso de enseñanza y aprendizaje.

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Tomado de http://bit.ly/2xZCkEW

Otro punto que no se puede negar, es la cantidad de información enorme a la que los seres humanos pueden tener acceso en cualquier parte del mundo, y es que las redes sociales como facebook, twitter, instagram, snapchat y otras más, han simplicado este hecho. Aquel que tenga los medios necesarios, solo le basta con ingresar a a través de su celular o de su computadora a cualquiera de ellas y en cuestión de segundos se podrá dar cuenta de lo que sucede en otras partes del mundo en unos cuantos clicks, así de esta forma, por ejemplo, nosotros viviendo en Costa Rica, nos podemos dar cuenta de lo que sucede en sitios tan alejados como China, Japón, Australia que están en el denominado, Lejano Oriente, sin necesidad de movernos.

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Tomado de http://bit.ly/2yN3kEy


Ante toda esta situación, era previsible, que el uso de las TIC's iba a llegar a permear en la labor docente, y que la escuela tradicional a la que nosotros estabamos acostumbrados iba a comenzar a cambiar, ya que “la escuela no funciona como antes” (Tiffin y Rajasinghan, 1997), y tal vez el problema aquí, radica en que, en nuestros sistemas educativos "todavía prevalecen las formas de enseñanza centradas en la transmisión del conocimiento declarativo y en las evaluaciones del aprendizaje a través de exámenes de opción múltiple o de recuperación casi literal de información puntual." (Diaz Barriaga, s.f.), ya que "las sociedades se enfrentan con un dilema de que sus sistemas de educación se diseñaron para satisfacer las necesidades de sociedades agrícolas e industriales" (López, Miranda, 2007).



Ante todo este cambio que ha venido varíando desde los hábitos y las costumbres de las personas hasta las conceptualizaciones del mundo en que vivimos, hay que definir ¿cuál es el papel del docente frente al uso de las TIC's en educación?


Primero que todo, el docente tiene que perder el miedo por usar la tecnología dentro de su salón de lecciones y darse cuenta que más que una necesidad, es una obligación que se actualice en cuanto a su uso, ya que " implica una suma de nuevas tareas no previstas en las actividades habituales de los docentes. A veces esto supone la adquisición de nuevos saberes." (Cañete, 2015)

Y es que dentro de los nuevos roles del docente tenemos:



Con lo anterior, el docente tendrá que volverse en un usuario asiduo de las herramientas tecnológicas, como lo son los naavegadores de internet, los diferentes correos electrónicos, aprender a diseñar sitios web, así como el manejo de paquetes ofimáticos, pero algo más allá que el simple manejo de levantadores de texto o realizadores de presentaciones, que explore, que busque herramientas que apartir de este momento, le permitan convertir sus lecciones en un lugar de innovaciones permanentes.


Así entonces los profesionales en educación deben de ser



Eso si, para lograr dar ese paso, a que el docente se convierta en un mediador entre el uso de las TIC's, su asignatura y sus estudiantes, necesita pasar antes por un proceso de formación en el uso de las mismas, la manera más simple para hacerlo ha sido "ofrecer cursos dictados por expertos, en centros regionales y nacionales, donde se puedan adquirir las habilidades y los conocimientos tecnológicos básicos." (UNESCO, 2004), para así estar actualizado en las innovaciones que se pueden aplicar al momento de impartir sus lecciones y de una vez que se le asesore y prepare para que sea consiciente de los nuevos roles que en la educación actual le tocan.



Ya una vez capacitado el docente le toca una tarea demasiado importante y es la de "una alfabetización que facilite a los estudiantes los mecanismos necesarios para interpretar de forma
crítica el lenguaje de los medios" (López, Miranda, 2007), y es que como se mencionada al inicio de este tema, hoy, los estudiantes están expuestos a una gran cantidad de información, y es deber del docente que hace uso de las TIC's, el enseñarle a los mismos, el como diferenciar entre información verdadera e información falsa, porque es muy dado que ellos, al no saber como identificarlas, crean que todo lo que les aparece en los medios es verdadero, y a veces tienden a compartir o reproducir información de fuentes que no son las mejores. Así, por lo tanto, se requiere que el estudiante pueda "descubrir el "currículo oculto de las nuevas tecnologías"" (Duarte, 2002).


En conclusión, los docentes que llevamos a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje en la actual sociedad del conocimiento, no nos podemos seguir negando, a la imperiosa necesidad de incorporar el uso de las tecnologías en nuestro salón de clases, pero a su vez, debemos ser conscientes, de que al poner esta llave en manos de los estudiantes, es nuestro deber, brindares una especie de guía y de orientacipon en su adecuado uso.

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Tomado de http://bit.ly/2ktYCJv


Y que por otra parte, si bien al Ministerio de Educación Pública de nuestro país debe ser el primer interesado porque nosotros como docentes, nos actualicemos en el uso e implementación de las TIC's, debemos caer en razón, que formar y capacitar a todo el personal que dicho ministerio tiene a su cargo, no es ni una tarea fácil ni rápida, así que no estaría de más, que nosotros mismos busquemos por nuestros medios el poder capacitarnos en un tema que nos guste o no, nos concierne y ya es parte de nuestro diario vivir, porque la tecnología hoy, en está en todas partes.

Bibliografía

Cañete, Magdalena. (2015). El rol del docente frente a las TIC. Escritos en la Facultad. Agosto, 2015, 109 (109), 106. Disponible en http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_articulo=11828&id_libro=571

Diaz, Frida. (s.f.). Las TIC en la educación y los retos que enfrentan los docentes. Disponible en http://www.oei.es/historico/metas2021/expertos02.htm

López Meneses, E., & Miranda Velasco, M. (2007). Influencia de la tecnología de la información en el rol del profesorado y en los procesos de enseñanza-aprendizaje. RIED. Revista Iberoamericana De EducacióN A Distancia, 10(1), 51-60. doi:http://dx.doi.org/10.5944/ried.1.10.1013

UNESCO. (2004). Las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente. Fracia. División de Educación Superior. Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001295/129533s.pdf



martes, 12 de septiembre de 2017

¿Es Costa Rica un Estado confesional?




¿Es Costa Rica un Estado confesional?


Resumen:
Dentro de las nuevas tendencias de modernizar los Estados, una de ellas ha sido la conversión que han dado la mayoría de pasar de confesionales a Estados laicos, con el fin de que las decisiones y rumbos que tome el mismo, sean lejos de las ideologías, dogmas y preceptos de cualquier religión, con el fin de que prime una real y verdadera libertad religiosa para los habitantes de dicho país.
Palabras clave: Estado confesional, Estado laico, grupos minoritarios, protestantes, catolicismo.


Introducción

     En los últimos años ha existido todo un debate en Costa Rica, acerca de la conveniencia o no de que nuestro Estado profese una religión, en este caso la católica, que como veremos más adelante, hasta tiene un rango de constitucionalidad, es decir, es parte del estado de derecho en que se vive aquí.

     El tema ha brincado a la luz y la discusión porque hay un conjunto de grupos sociales que están luchando porque se les reconozca una serie de derechos, los cuáles, son rechazados tajantemente por la Iglesia Católica, pero no se puede ser mezquino aquí, y culpar solo a la religión oficial por estar en contra de algunos de estos derechos, porque también existen grupos de religiones, en su mayoría denominadas protestantes, que también están en contra.

     Los grupos que están luchando porque se les reconozcan esos derechos, principalmente en uniones de mismo sexo y aborto, ven contraproducente que el Estado costarricense tenga una religión oficial, porque ven y creen, que es por eso, que se les niega el reconocimiento de sus derechos, por lo cual, han iniciado una serie de presiones para que haya un cambio en la Constitución Política, y Costa Rica pase a ser un Estado Laico, que no es lo mismo que un Estado ateo, pero eso se mostrará más adelante también.


¿Qué es un Estado Confesional?

     Un Estado confesional, es el que tiene reconocida una religión como oficial, y esto se da en muchos casos, por la influencia, en especial en los países que fueron colonizados en la primera expansión europea a finales del siglo XV, así como en la segunda ola colonizadora que se dio durante el siglo XIX, de las potencias que los dominaron y que uno de los elementos en que los transculturalizaron, fue precisamente en la parte religiosa, así que muchos fueron heredados en la religión que esos países europeos profesaban.

     Como se puede notar, el tema de los Estados confesionales no es algo reciente, es algo que viene desde hace mucho tiempo atrás en la historia de la humanidad, y tampoco es un tema de discusión reciente, sobre la conveniencia o no, de que un Estado tenga una “religión oficial”. De hecho, desde el surgimiento y la propagación del humanismo, se comienza a hablar de una separación entre el Estado y la Iglesia, y esa idea se iba a consolidar dentro de los pensadores de la Ilustración, y que obviamente tuvo su influencia dentro de los movimientos de la revolución francesa, así como también en la independencia de Estados Unidos.

     Pero volviendo en si a lo de los Estados confesionales y su historia, podríamos señalar que “comienza con el cristianismo, por razones que se derivan de algunas características esenciales de la religión cristiana.” (Martínez, s.f.)

     El cristianismo siempre ha reconocido la necesidad de contar con “poder político” para construir una sociedad moralmente organizada que le permita tener un alcance mayor de sus doctrinas y dogmas, porque otro hecho que ha sido comprobado a lo largo de la historia del ser humano, es que la manera más sencilla de controlar a las masas, es ejerciendo sobre ella dos poderes, el religioso y el político, y cuando actúan en conjunto, la tarea se vuelve un poco más sencilla, no por nada se puede citar el caso de las coronas que usaron muchos reyes, en especial en Europa, donde en la cima de la misma destacaba la presencia de una cruz, haciendo referencia de que sobre el rey, solo estaba Dios, y que su mandado era divino y que su reinado era escogido y por voluntad de Él.

     Pero, regresando de nuevo a la dualidad de religión-Estado, el cristianismo veía en él “un medio o instrumento que haga más factible la salvación eterna del hombre, mediante una organización de la sociedad acorde con los dictados divinos.” (Martínez, s.f.)

     Eso si, lo anterior genera, que estos Estados tenga que actuar conforme a “los mandatos eclesiásticos” porque si lo hace de esta manera “se justifica su actuación y contribuye a crear la convivencia social armónica -el bien común-…” (Martínez, s.f.)

     Viendo la realidad que existía en el siglo XVI, que es el momento en que nacen los Estados modernos, por decirlo de alguna manera, y también siendo conscientes del auge del renacimiento, del humanismo, la ilustración y hasta del racionalismo, se puede entender el por qué las religiones buscaron mantenerse al lado del poder político, y es que, ante tanta “herejía”, la única forma de defender su religión era lograr aliarse al poder político.

     Cabe resaltar aquí, que la confesionalidad de muchos Estados no implica que, dentro de sus fronteras, no se pueda dar la libertad de culto, esa que permite que haya otra religiones o credos que puedan ser practicados por lo habitantes que no se identifican con la religión oficial.

     Ahora, cuando un Estado se declara confesional, adquiere una relación de colaboración con la iglesia oficial, que va desde el orden espiritual y llega hasta la legislación y las acciones del gobierno, las cuales deben ir dirigidas al culto a Dios, favorecer la vida religiosa de los habitantes de dicho país, así como que las leyes que se formulen sean en pro de los valores cristianos y no vayan en contra del correcto vivir y del bien común.

     Otro punto que cabe resaltar dentro de los Estados confesionales es que es deber del gobierno mantener económicamente a la iglesia oficial, de financiarla, de velar por su desarrollo, de facilitarle las rentas necesarias para que se mantenga.


¿Es Costa Rica un Estado Confesional?

     La Constitución Política de nuestro país, dicta en el artículo 75 que “La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres.”

     Visto lo anterior, no cabe, duda, política y religiosamente, nuestro país es uno de los tantos que a nivel mundial, se siguen identificando como confesionales, que tiene religión propia, en este caso la católica, pero, no impide que las personas que así lo quieren o lo requieran, puedan practicar otros cultos, tanto pública como privadamente, siempre y cuando no vayan en contra de la buena convivencia y con la salvedad, de que, con estos otros cultos, el Estado no tiene la responsabilidad de mantenerlos. A parte también cabe mencionar, que la liberta religiosa o de culto, es un derecho fundamental que tienen los seres humanos y que está reconocida en la Declaración de los Derechos Humanos como tal, “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” (ONU, 1948)

     Históricamente, Costa Rica ha sido un país reconocido como confesional en sus constituciones desde 1847, pero en aquel entonces, esa denominación si que era radical, ya que menciona a la religión católica dándole el calificativo de “única y verdadera” y aparte, de que no permitía el ejercicio de ningún otro culto públicamente y protegía a través de las mismas leyes, a la religión católica.

     Pero, a pesar de que Costa Rica, aún hoy se define como un Estado confesional, la misma Carta Magna le ha establecido una serie de restricciones a la religión católica, que las podemos encontrar en el artículo 28, que le prohíbe a cualquier persona que esté dentro de la Iglesia, el hacer propaganda política valiéndose del recurso Dios o religión para la misma, así también, cualquier otro particular que haga uso de esos medios con el mismo fin, puede ser sancionado por las autoridades competentes. De hecho, para la campaña interna del Partido Acción Ciudadana, el precandidato Welmer Ramos y un pastor evangélico de una iglesia conocida como “Mundo de Fe”, fueron llamados a cuentas porque el último, generó la reproducción de un volante donde pedía expresamente el voto de sus fieles por Ramos, situación que fue impugnada ante el Tribunal Supremo de Elecciones por parte del otro precandidato, Carlos Alvarado, por considerarla “beligerancia religiosa”.

     Otra limitación que también poseen los miembros del clérigo católico es la que les impide poder ocupar algunos puestos públicos y que se encuentran establecidos en la misma Constitución Política, negándoseles el acceso a ser presidente o vicepresidente de la República, ministro o Magistrado o ser Magistrado del Tribunal Supremo de Elecciones.

     Consultada la Sala Constitucional acerca de este tema, en vista de que se pueda aducir, que se le está coartando a los miembros del clero de la Iglesia Católica, un derecho que se le considera fundamental a cualquier ser humano y sin distinción de ningún tipo. La misma dijo que para la aplicación de dicho artículo, se tiene que guiar por lo que diga la Constitución, y en este caso, es clara al afirmar que la única prohibición que se indica en la misma es para los católicos y no para los miembros de otras religiones. Y este aspecto, al inicio del actual gobierno del presidente Luis Guillermo Solís Rivera, fuimos testigos de cómo el cargo de ministro de la presidencia estuvo en manos del obispo oficial de la Iglesia Luterana en Costa Rica, su nombre, Melvin Jiménez Marín, y que ocasionó cierto malestar en algunos grupos que están en la lucha de conseguir la equidad de ciertos derechos para grupos llamados minoritarios, porque consideraban que al estar el cargo en manos de una persona que era reconocida por su filiación religiosa, muchas de las esperanzas y las promesas que había tenido Solís Rivera hacía estos grupos minoritarios durante su campaña se iban a quedar de nuevo en la nada.

     De hecho, el nombramiento de Jiménez Marín provocó que se presentara una acción de inconstitucionalidad, haciendo referencia a que la persona que ocupa ese cargo debe pertenecer al estado seglar, o sea, que debe ser laico, sin ninguna conexión o cargo religioso. Al final, el tema se zanjó, cuando la misma Sala Constitucional hizo la indicación ya señalada en el párrafo anterior, la única prohibición que existe en el caso de los clérigos, es para los que formen parte de la Iglesia Católica.

     Al final la conclusión en este tema podría ser clara, Costa Rica es un Estado confesional excepto en la parte de nombramientos en ciertos cargos políticos, donde las prohibiciones para su clero existen y se aplican de forma literal.

     Para Costa Rica:
Las implicaciones del Estado confesional se presentan en diversas áreas de la vida de las personas y de la sociedad, cuando este le confiere una serie de privilegios a la institución católica y su jerarquía.

         En el área de derecho de familia, se otorga al matrimonio católico los mismos efectos que el matrimonio civil.
         En el área de derecho laboral, se reconocen los feriados religiosos católicos pero los días festivos de otras religiones las personas deben descontarlos de sus vacaciones.
         En el área tributaria, la Iglesia Católica recibe exoneración para el pago de diversos impuestos, a la vez que recibe sumas millonarias de parte del Estado.
         En el área de educación, se imparten clases de religión católica en escuelas y colegios públicos, de tal manera que las y los profesores para evangelizar en la doctrina católica se contratan con fondos públicos.
         En el área administrativa, se entregan pasaportes diplomáticos a los obispos. (Colectiva por el Derecho a Decidir, s.f.)

     Interpretando lo señalado en el sitio web del grupo Colectiva por el Derecho a Decidir, cuando se da la celebración de un matrimonio dentro de un templo católico, al sacerdote se le transfiere por el lapsus de la ceremonia, los poderes de un abogado, ya que le permite realizar la celebración e inscripción del mismo, cosa con la que los pastores o líderes religiosos de las demás iglesias no cuentan, ya que, sea antes o después de la celebración religiosa que se realiza en otros centros o lugares, los contrayentes deben acudir a un abogado para que su unión sea legalmente reconocida en el país.

     En el caso de las celebraciones religiosas que se toman como feriado, es cierto que solo aparecen las que tienen relación directa con la Iglesia Católica. Se puede citar, por ejemplo, que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tuvo que librar una dura batalla, ya que, según su credo religioso, los sábados, que para ellos van desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado, ellos lo utilizan como día de reposo, y durante el mismo no realizan ningún tipo de actividad. Entonces, cuando las universidades públicas aplicaban sus exámenes de admisión en sábado, los integrantes de estas iglesias no lo podían realizar, porque al hacerlo, iban en contra de uno de los principios religiosos que les distinguen, la observancia del sábado. Ante esa situación, la dirigencia de dicha iglesia presentó un recurso de amparo manifestando que la aplicación de los exámenes de admisión de las universidades públicas los sábados, coartaban su derecho de libertad de credo y culto. Resultado, la Sala Cuarta falló a favor de los estudiantes adventistas e hizo que las universidades públicas se los aplicaran en otros días diferentes al día de reposo para ellos.

     En cuanto a la manutención directa de la Iglesia por parte del Estado, este es uno de los temas que más controversia atrae, ya que ha sido cuestionado desde la Asamblea Legislativa, líderes religiosos de otros credos y por otros ciudadanos, quienes reclaman que sea el Estado el que tenga que velar por esto. Incluso señalan que no es justo que los impuestos que muchos pagan sean utilizados para “pagar religión”. La forma en que, “El Estado colabora con los gastos de la Iglesia es mediante transferencias de dinero a sus diócesis y aportes específicos a reconstrucciones y mejoras a los templos, así como donaciones en especie.” (Ramírez, 2003). Incluso, el actual mandatario Luis Guillermo Solís y ante la presión de que cumpliera con una de sus promesas de campaña, que era la de darle a Costa Rica un Estado Laico, él mismo, ya como presidente de la República ha insistido, que sigue con la idea de darle al país su Estado Laico, pero eso no significa que va a sacar a Dios de la Constitución.

     En defensa del actual presidente, se puede decir, que lo que pasa es que el costarricense tiene una percepción errónea de lo que es o en que consiste un Estado Laico, ya que muchos tienen la creencia que, en él, la religión no va a encontrar un sitio, e inclusive algunos creen que hasta se van a prohibir o desaparecer tanto la religión oficial como las demás. Pero la realidad es otra, porque este tipo de Estado lo que hace es marcar una independencia entre este y la Iglesia, por lo cual, ninguna religión volvería a tener influencia sobre la forma de actuar o el rumbo que puedan tomar las políticas que emanan de él. Así como que tampoco, el Estado no le reconoce ni privilegios, ni apoya a ningún tipo de religión y menos tiene la responsabilidad de mantenerlas o financiarlas.

     De hecho, y si se analiza un poco, si Costa Rica dejara de ser un Estado confesional para convertirse en uno Laico, prohibiciones como la de que los clérigos de la Iglesia Católica no pueden ser electos en cargos de elección popular y aún más, podríamos especular, que en un estado de total libertad religiosa, que es una característica de este tipo de Estados, los mismo católicos, así como los evangélicos lo hacen actualmente, podrían tener sus propios partidos políticos y poder entrar en la contienda electoral si bien, la nueva estructura gubernamental, los cambios y ajustes a la Constitución no lo delimitan ni lo impiden primero.

     En la parte educativa, la influencia de la Iglesia Católica siempre ha estado en la mayor parte de nuestro desarrollo histórico, y aunque se han tratado de dar cambios en las lecciones de educación religiosas a nivel del MEP, para incluir un tipo de enseñanza que no se parcialice tanto hacia el lado católico y que se centre más una formación moral; por más cambios en los programas de estudio de dicha materia, que inclusive hasta el nombre le variaron por un tiempo, porque pasó de educación religiosa a moral, con el fin de que estudiantes que practicaran otro credos, no se eximieran de recibir la misma, al final, siempre regresó a la enseñanza de los dogmas, creencias y preceptos religiosos de la fe católica.


Conclusiones

     Tomando en cuenta la definición de lo que es un Estado confesional, hay que reconocer, que literalmente Costa Rica es un país, que desde su Constitución Política tiene una religión a la cual considera oficial, en este caso la católica.

     La oficialidad de la religión católica le genera al Estado costarricense una serie de responsabilidades con las misma, como es la protección y el mantenimiento a través de dineros, donaciones y hasta reparación de templos.

     Si bien es cierto, en épocas anteriores, hay que reconocer que la Iglesia Católica tuvo un peso enorme en las decisiones, políticas y hasta en los fines de muchas acciones del Estado, pero esa misma influencia en la actualidad ha venido a menos, ya que, desde la década de los noventas, se ha venido pesando en la posibilidad de que los costarricenses cuenten con un Estado laico, en otras palabras, un Estado sin religión oficial o sin relación con ninguna religión en particular.

     Al final, y como casi todo en este país, a pesar de que Costa Rica tiene un Estado definido como confesional y dónde se supone que se le da privilegio a la religión católica sobre los demás, hay que decir que es algo que se cumple en partes, ya que si bien la Iglesia cuenta con la ayuda y el apoyo del Estado en algunas cosas, en otras también el clero católico sufre de limitantes en algunos derechos que se consideran fundamentales en cualquier democracia moderna, como por ejemplo la libertad de poder ser elegida una persona libremente, sin ser motivo de ningún tipo de discriminación.

     Por último, en el caso en que en nuestro país se dé el paso hacia el laicismo, hay que dejar en claro, que en ningún momento quiere decir que las religiones van a desaparecer o ser prohibidas. Por el contrario, el Estado laico impulsa la libertad religiosa de cada persona y es un derecho que le respeta, y en el momento en que la religión católica deje de ser la oficial, muchas de las restricciones que tienen en el tema político podrían desaparecer y permitirles su participación en las mismas.


Bibliografía

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